La crisis social y económica generada por la pandemia ha acelerado en las empresas del mundo la necesidad de desarrollar y utilizar soluciones tecnológicas que aseguren la continuación de actividades de forma remota, así como la posibilidad de seguir ofreciendo servicios de primera necesidad, por ejemplo consultas médicas, educación a todos los niveles, atención psicológica, entre otras, desafiando así los paradigmas anteriores y haciendo frente al distanciamiento social.
Las soluciones tecnológicas entonces se han vuelto en estrella central para la recuperación económica que requiere el mundo. Para ello es necesario seguir innovando en el área y así conseguir con ello las ventajas que la tecnología trae consigo, por ejemplo la toma de decisiones informadas con datos de calidad que permitan generar estrategias de administración, productividad, cadena de suministros, ventas y mercadotecnia que verdaderamente impulsen a las empresas a seguir respondiendo a los vertiginosos cambios de hoy en día a tiempo y sin poner en peligro la productividad y rentabilidad que nos permitirá elevar la economía a sus niveles pre-pandemia.
Ahora la tecnología dejó de ser opcional y se ha vuelto un requisito para mantener los niveles requeridos de productividad que mantengan a flote los negocios. El caso más claro de esto es la increíble explosión que se ha gestado en nuestro país en cuanto a desarrollo y uso de sistemas de e-commerce que han transformado a través de la digitalización en la nube una verdadera revolución industrial y solución de ventas para miles de empresas que antes dependían del esfuerzo de ventas en puntos de venta físicos.
Ahora las empresas requieren estar presentes en canales digitales para poder comunicar y ofrecer sus productos o servicios apropiadamente a su público meta, así como simplificar sus estrategias a través de soluciones integradas que permitan a la empresa producir más ventas evitando desperdicio de activos, lo cual a su vez resulta en eficiencias cuantificables.
El uso de tecnologías en la nube también ha generado un efecto secundario muy valioso: La generación de datos. Cada transacción generada en el ámbito digital es cuantificable y eso nos permite extraer información valiosa con un alto grado de precisión en tiempo real, lo cual permite generar soluciones de toma de decisión que garanticen la capacidad productiva en un mercados cada vez más competitivos.
Incluso vemos cómo soluciones tecnológicas asistidas por algoritmos de inteligencia artificial han permitido a empresas y organismos transformar esos datos en ventajas palpables que también se traducen en ahorros, ya que menos personas son requeridas para ejecutar los procesos repetitivos y redundantes que se requieren para el análisis e interpretación de data.
Las ventajas entonces son claras. Una producción más eficiente, veloz y más redituable que pavimenta un futuro claro para nuestra sociedad. Las empresas ahora considerarán a los equipos de Tecnologías de la Información como equipos esenciales para la toma crítica de decisiones.
La tecnología ahora ocupará un lugar estratégico y esencial en los procesos de las empresas, y será rol clave para la transformación que requerirán las economías mundiales para no solo recuperarse, sino rebasar los niveles industriales pre-pandemia. Se simplificará y automatizarán procesos administrativos, financieros, productivos y estratégicos que las empresas emplean para ser competitivos, por lo que las necesidades de mayor y mejor tecnología serán cada vez mayores.
La nueva visión de un México industrializado está aquí. La clave del éxito se encontrará en la velocidad con la que podamos dar respuesta a cualquier necesidad que presente el mercado. A través de la tecnología podremos garantizar mayor productividad y desarrollo económico, así como el desempeño de calidad internacional que nos permita competir con economías más grandes que la nuestra.
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